Para desconectar y sentirte parte de esta naturaleza tan extraordinaria y única. Un pueblo tranquilo pero con muchas actividades y lugares maravillosos que visitar. Las instalaciones de la casa y su decoración son fantásticas. Y en cuanto a sus dueños, solamente decir que al llegar son los hosteleros, pero cuando te marchas son unos amigos de los que no te olvidarás nunca.
Un consejo, probad por que seguro, segurisimo que repetires.
Estuvimos en Semana Santa del 2014. Fuimos con nuestro hijo de 4 años y el trato fue inmejorable. Como si fuéramos de la familia. Mi hijo cogió huevos de las gallinas, estuvo viendo la preparación de las brasas...
La casa decorada con gusto, acogedora, limpia. Las habitaciones diferentes. Nosotros nos alojamos en la del tren porque a nuestro hijo le encantan. Dejan a disposición cocina equipada, nevera y lavadora para uso propio.
Y la comida hecha por ellos riquísima, muy buena calidad y con productos de proximidad y algunos ecológicos. Nunca había probado un chuletón hecho a la brasa como el que nos sirvieron y eso que tengo familia gallega. Los desayunos caseros (mermeladas, dulces tradicionales...), tés ecológicos..., la verdad que muy completos.
La casa es muy acogedora, con muchas comodidades. La zona, a pesar de lo desconocida que es, tiene gran encanto, tanto para visitar pueblos (el museo minero es una maravilla) como para pasear por el campo o simplemente por los alrededores del pueblo. Y los anfitriones son lo mejor, unos desayunos y unas cenas de morirse y una amabilidad y atención inmejorables. Hemos ido con niños dos veces y seguramente volveremos. Absolutamente recomendable.
Alojarse con esta familia es como estar en casa, o incluso mejor que eso. Son una gente estupenda, la casa está bien equipada, el precio razonable y hacen una comida riquísima. ¿Alguien da más?
Creo que es un sitio estupendo para alojarse por la zona.
Es un lugar muy acogedor y ns hicieron sentir espeiales y cómodos allí...
Repetire y lo he recomendado siempre que he podido. El entorno karavilloso, las instalaciones estupendas, y la comida, mmm, esquisita y más que abundante...una experiencia inolvidable y con ben sabor de boca.
ENHORABUENA por vuestro hogar...
Soy nacido en Cañizar, hacía muchos años que no estaba porque no había donde alojarse.
Que delicia Casa los Chorros, sobre todo el trato exquisito de Olga y Carlos, casi familiar, como si nos conociéramos de toda la vida.
Y la cocina!!! Carlos hizo platos de estrellas Michelin.
Trato exquisito, cocina excelente y ambiente agradable, no se puede pedir más, muy buena relación calidad precio.
Espero y deseo volver algún día.
Es un lugar inmejorable, con un trato espectacular, los desayunos son de lo más natural, casero y buenísimo, con ganas de tener un fin de semana para poder volver y disfrutar de los paisajes y como no de la gente que lo lleva.
Un consejo, probad por que seguro, segurisimo que repetires.