Hemos estado muy bien, la casa era dentro del pueblo y no le faltaba nada, tenía calefacción y además fuego con leña, lo único que había escaleras para ir a qualquier sitio de la casa, pero esto sólo fue un problema el primer día, después casi que no lo notamos, la Joana que es la dueña es muy amable, en la casa hay azúcar, sal, aceite, café, material de limpieza etc.
Es muy recomendable.
Es muy recomendable.