Pasamos un fin de semana increíble en una casa maravillosa. Beatriz es súper amable y atenta en todo momento. La casa es rústica y acogedora, con habitaciones y baños amplios y hermosos. El comedor cuenta con una chimenea, la cual ya estaba preparada para nosotros. La cocina está totalmente equipada y mantiene un estilo rústico. Nos dejó incluso unos refrescos para nuestra llegada. El pueblo y sus alrededores son perfectos para realizar rutas, incluso con los más pequeños (visitar huellas de dinosaurios y pinturas rupestres les encantó). También disfrutamos de una cerveza en el bar del pueblo, donde nos trataron de maravilla. En resumen, ¡un fin de semana de 10!