Reservamos la casa con unos amigos con la intención de desconectar unos días de la ciudad. La casa es preciosa, está en un recinto vallado en medio de la naturaleza, y Consuelo y su marido la tienen super cuidada. Ellos son encantadores y muy atentos, nos trajeron una botellita de aceite de la zona y una docena de huevos de una granja vecina. En la casa hay una perrita muy cariñosa y juguetona que nos hizo mucha compañía durante los días que estuvimos allí. Esta ha sido la segunda vez que hemos alquilado la casa, y sin duda repetiremos.