Es la segunda vez que repito en esta casa llena de un encanto como pocas. Tenía claro que volvería y lo hice. Todo permanece estatuario y el tiempo parece no pasar en esta casa rural tan bonita. El propietario y su mujer tan amables como siempre y súper atentos. La empanada de la abuela Pilar riquísima y recién salida del horno.
Hemos pasado un fin de semana estupendo, junto al fuego y entre amigos. Entre acogedoras estancias y objetos de antaño.
Seguro que volveremos!!!
Y por supuesto la recomiendo.
Hemos pasado un fin de semana estupendo, junto al fuego y entre amigos. Entre acogedoras estancias y objetos de antaño.
Seguro que volveremos!!!
Y por supuesto la recomiendo.