Cuando llegamos nos recibieron muy bien, el dueño era muy amable y educado incluso nos dejó dar pan a los caballos, nosotros íbamos un poco asustados dado que las reseñas eran muy malas, pero no había color, todo estaba limpio y ordenado, nunca llegamos a ver nada sucio. El año que viene volveremos. Recomiendo mucho ir con tu familia o amigos.