Fuimos dos familias con niños y la experiencia fue muy desagradable. Durante los cuatro días el bar que está en el bajo de la casa cerró a las 5 de la madrugada, acompañado de ruido dentro y fuera del bar. Se escucha el ruido como si estuvieran dentro de la casa pero la guinda fue el concierto del sábado que terminó a las 5:30. A lo que hay que añadir las campanadas de la iglesia que está en frente. La casa está muy bien y el dueño es amable pero creo que sabiendo esto es una vergüenza que la alquile a familias que no van a poder descansar sin advertirlo antes, no se puede ganar dinero a costa de perjudicar a otros, no es ético. La zona es preciosa y la gente en general es muy amable. La casa está genial si quieres ir de fiesta.