Este verano, junto con mi pareja y otra pareja amiga, tuvimos la suerte de conocer la casa de Rakel. Una casa antigua y preciosa. Un entorno mágicamente tranquilo y, sobretodo, la amabilidad de una excelente anfitriona. Dialogante y siempre pendiente de nuestra comodidad. La casa consta de tres alojamientos independientes. Debido a su disposición y al grosor de los muros la intimidad está practicamente garantizada. Lo digo con conocimiento de causa ya que durante nuestra estancia toda la casa estaba ocupada. Nosotros nos alojamos en la parte baja.
Para nosotros fue una gran experiencia altamente recomendable. Eso si, siempre y cuando tu mente esté abierta y sepas que el mundo gira para todos
Para nosotros fue una gran experiencia altamente recomendable. Eso si, siempre y cuando tu mente esté abierta y sepas que el mundo gira para todos