Como sugerencia positiva, no es nada elegante que se limite el baño en jacuzzi cuando es uno de los atractivos de lo que ofrecen. Tener que estar llamando a los dueños para que amplíen el tiempo del baño, o la necesidad de tenerlo que planificar cuando te vas el fin de semana, precisamente, a relajarte, pues no es oportuno. Nos compensaron con una cesta de leña "por las molestias" pero no se trata de eso. Además, el baño no llegó a durar 30 minutos, algo que le comuniqué a la dueña y no dijo nada al respecto.
Por otro lado, dejar sólo una toalla para cada uno, ni siquiera dos, pues sigue dejando la sensación de servicio un tanto justo.
El desayuno, sólo ofrecían café y no algo alternativo (uno de nosotros es intolerante) con un pack de leche que no daba ni para dos vasos llenos.
Que la anfitriona viniera en plena tarde del sábado a que firmáramos los datos del DNI pues no nos pareció correcto, con poco respeto a la intimidad, sin previo aviso y teniéndonos que levantar de la siesta: que lo hubiera hecho en la llegada o, si no era posible, cuando saliéramos y, avisando con antelación.
Televisiones muy pequeñas e incómodas.
Lo dicho, no exigimos demasiado pero sí un mínimo, como más de un trapo de cocina porque con uno nos tuvimos que apañar todo el fin de semana, además de tener que usar el papel higiénico porque no había servilletas y porque se nos aseguró que todo estaba muy bien equipado.Pasamos frío por las noches a pesar de la chimenea, con sólo una manta fina en la cama y ninguna más de repuesto.
Por lo demás, dueños pendientes de cómo estábamos, lugar limpio pero con mínimos muy mínimamente cubiertos.
Por otro lado, dejar sólo una toalla para cada uno, ni siquiera dos, pues sigue dejando la sensación de servicio un tanto justo.
El desayuno, sólo ofrecían café y no algo alternativo (uno de nosotros es intolerante) con un pack de leche que no daba ni para dos vasos llenos.
Que la anfitriona viniera en plena tarde del sábado a que firmáramos los datos del DNI pues no nos pareció correcto, con poco respeto a la intimidad, sin previo aviso y teniéndonos que levantar de la siesta: que lo hubiera hecho en la llegada o, si no era posible, cuando saliéramos y, avisando con antelación.
Televisiones muy pequeñas e incómodas.
Lo dicho, no exigimos demasiado pero sí un mínimo, como más de un trapo de cocina porque con uno nos tuvimos que apañar todo el fin de semana, además de tener que usar el papel higiénico porque no había servilletas y porque se nos aseguró que todo estaba muy bien equipado.Pasamos frío por las noches a pesar de la chimenea, con sólo una manta fina en la cama y ninguna más de repuesto.
Por lo demás, dueños pendientes de cómo estábamos, lugar limpio pero con mínimos muy mínimamente cubiertos.
Gracias