Una casita para recordar. Aún recuerdo el desayuno al sol y la barbacoa. Se me cae la baba pensando en la camita súper suave y calentita por no hablar de la almohada comodisima! A veces hacia frío por el pasillo y veíamos a Pingu, pero para eso estaba la súper chimenea funcionando siempre bien y haciendo todas las instalaciones un finde acogedor e inolvidable. Volveremos para un pin pon, un billar, o lo que surja. Gracias por todo!