Preciosa casa rural situada en el valle del río Eria, a la que no le falta el más mínimo detalle. Ideal para ir con familia o amigos, puedes disfrutar de un paseo entre los pinos o de un baño en el río. Un pueblo tranquilo, rodeado de montañas, ideal para desconectar de la vida de la ciudad y sobre todo, un paraíso para los niños. Sus dueños, Marta y Manuel, son personas encantadoras, con un trato acogedor y familiar desde el primer momento. Sin duda, un lugar para tener en cuenta. Espero poder volver pronto.