La casa estaba cuidada al más mínimo detalle. Perfecta para pasar unos días en familia o con amigos, nosotros fuimos un fin de semana y se nos hizo corto. Tanto las zonas comunes (salón, barbacoas, cenador, jardín y sala de juegos) como las habitaciones te dan ganas de no salir de la casa, lo pasamos genial haciendo barbacoa y jugando en el cobertizo. Y la anfitriona Elena es amabilísima y encantadora, súper dispuesta a resolver cualquier duda durante los meses que pasaron desde el primer contacto, y nos dejó la chimenea encendida cuando llegamos.
Sin duda, ahora no buscaremos una casa para cuando viajemos a Logroño, sino que buscaremos un viaje por la zona para volver a la casa.
Sin duda, ahora no buscaremos una casa para cuando viajemos a Logroño, sino que buscaremos un viaje por la zona para volver a la casa.