Es un hotel con encanto y encantadores las personas que te atienden. Nos alojamos en una habitación doble de la segunda planta pero había que bajar unas escaleras para llegar a la cama, muy acogedora. Desayunamos en su cafetería que esta de diez. Repetiremos seguro!!!
“Me dedico al turismo rural no solo como una profesión, también es mi modo de vida y mi pasión, por eso lo hago desde hace 25 años, pero son 3 los que llevo gestionando Casa Tinoco y estoy muy feliz”