Hemos estado una semana en agosto y la estancia en Can L\'Hospitalet no tiene precio, empezando por María, su dueña, simpática, amable, divertida y dispuesta a que la estancia sea inmejorable, la casa en sí, el entorno y como no Mora y Simba, los dos perros que cuidan de la casa y de sus huéspedes.
La casa espectacular, sus paredes de piedra y su decoración la hacen auténtica, su piscina de agua natural acorde con el entorno y todo el espacio exterior dan una sensación de relax y libertad. Los más pequeños también tienen sus espacio, con columpios, bicicletas, porterías y mesa pingpong y como no el gallinero... huevos frescos cada día.
Hemos estado en muchas casas rurales y ésta es una a la que volveremos seguro.
Un beso María y hasta pronto!!!
La casa espectacular, sus paredes de piedra y su decoración la hacen auténtica, su piscina de agua natural acorde con el entorno y todo el espacio exterior dan una sensación de relax y libertad. Los más pequeños también tienen sus espacio, con columpios, bicicletas, porterías y mesa pingpong y como no el gallinero... huevos frescos cada día.
Hemos estado en muchas casas rurales y ésta es una a la que volveremos seguro.
Un beso María y hasta pronto!!!