Fue un fin de semana estupendo a pesar del mal tiempo. Éramos un grupo de 8 amigos y nos encontramos como en casa. José Antonio, el dueño, fue encantador, atento y discreto. Se ofreció a cambiarnos la fecha por el mal tiempo, nos ofreció cambiar de casa si lo deseábamos y estuvo pendiente en todo momento de lo que pudiéramos necesitar. La comida fue deliciosa, preparada por ellos. Sin duda repetiremos