El fin de semana pasado estubimos en Sharíqua, es un regalo para los sentidos. Tanto el lugar, como la casa emanan tranquilidad, paz y creatividad. La dueña es una encantadora mujer, amable, detallista y amorosa. La cocina muy buena. La habitacion calida y confortable, con excelentes vistas a jerica. La zona idonea para caminar por bellos parajes, pasear por el pueblo o simplemente descansar entre sus olivos.
100%recomendable, nosotros encantados :-)
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