Es la tercera ocasión que hemos visitado esta casona y cada vez nos gusta más porque es una casa que transmite emociones. Sus amplios salones, sus acogedoras y muy espaciosas habitaciones, algunas con galerías acristaladas, su espectacular mobiliario, sus bonitas vistas y el pueblo tan hermoso en el que se encuentra hace que siempre que vamos pasemos unos días inigualables. Disfrutamos muchísimo tanto los niños como los mayores y además , el trato de los propietarios no puede ser mejor. Seguro q volveremos por cuarta vez¡¡