Estuvimos un grupo de 9 personas, adultos y niños, a mediados de febrero. A unos 9 km de Trujillo se abandona la carreta y se accede por un camino de tierra a la finca, estrecho pero sin dificultad. La casa, ideal, grande espaciosa y en un entorno idílico. Nos estaba esperando Ricardo para enseñarnos y explicarnos todos los detalles del lugar. En la planta baja hay un salón comedor muy espacioso, un salón con tv, un aseo y una habitación con baño, que nosotros no usamos. En la planta superior hay 4 habitaciones con baños muy amplias. En el sótano se ha aprovechado una zona de bodega y hay una mesa de billar para pasar un buen rato. Todo estaba en perfectas condiciones y muy limpio. No le falta ningún detalle y nos sentimos como en nuestra casa. Para comprobar que todo estuviese correcto, Ricardo se paso el sábado. En nuestro caso la temperatura de la casa era fantástica y estuvimos muy confortables. En definitiva, una casa con historia, muy cómoda y perfecta para disfrutar de la misma. Repetiremos, seguro.