Las casas muy bien equipadas y una decoración muy bonita. Buen detalle dejar unas patatas en ambas casas a la llegada. Nos alojamos 3 noches 11 adultos, 6 niños y un bebé. El tiempo no acompañó demasiado, pero salimos en busca de níscalos y fósiles con los niños, previa recomendación de la dueña de la casa. La pena es que el merendero NO está comunicado con las casas y hay que dar la vuelta a la calle, pero por lo demás muy recomendable.