Una casa maravillosa llena de historia, su decoración está repleta de antigüedades, es casi como museo...si a eso le unes su entorno en la ladera de un castillo la convierte en un lugar fantástico para pasar unos días de tranquilidad.
Gran Masía en muy buen estado.
Buen lugar para realizar excursiones por la zona. Tranquilo y confortable.
Albert, el propietario es un encanto de persona, muy servicial, y dispuesto a solucionar cualquier posible anomalía.