La casa es maravillosa, completamente equipada, ya sea si deseas cocinar, hacer una barbacoa o incluso si quieres salir a dar un paseo en bicicleta, ya que hay muchas opciones disponibles. La piscina privada es una ventaja. Incluso puedes jugar al fútbol, al baloncesto y al ping pong. Abel, el anfitrión, es muy amable. Sin duda, volveremos.