Una estancia perfecta. Fuimos 15 personas y estuvimos estupendamente. La casa espaciosa, con chimenea y calefacción perfecta. Cocina estupenda, grandísima y con todo el menaje necesario, incluida paellera para muchos. Barbacoa y horno de barro, cubiertos con techo. Una nave grande con mesas y sillas de sobra, futbolín y Diana de dardos (sin puntas eso sí), también con otra chimenea, que viene muy bien cuando hace malo. El entorno muy bonito y con mucha montaña cerca, y unas buenas vistas a Gredos. Y los anfitriones, Cecilio y Andrea encantadores y muy atentos, viven en la misma finca pero con discreción absoluta. Volveremos seguro