Fin de semana con amigas que quedamos encantadas con la comodidad y cuidado de la casa. Además es bonita, cuidada y mimada hasta el detalle. Bien equipada y con detalles como unas sábanas suavísimas, estanterías con libros, una cocina con muchos utensilios, espacios cálidos y confortables, una calefacción fuerte para disfrutar del exterior (precioso) y descansar en un lugar acogedor. Raquel , la dueña, nos trató genial, se preocupó de nuestro bienestar y nos dejó como detalle de bienvenida un pan delicioso, un bizcocho riquísimo y mermeladas caseras.
Además nos nevó para darle mayor encantó aún al entorno. Un lujo para descansar porque no se oye ningún ruido y comer en el patio con la barbacoa. Repetiré
Además nos nevó para darle mayor encantó aún al entorno. Un lujo para descansar porque no se oye ningún ruido y comer en el patio con la barbacoa. Repetiré