Qué decir sin dejarme nada de este maravilloso lugar. Es ideal para desconectar del mundo, una casita en medio del bosque rodeada de árboles y de los rayos de sol colándose entre ellos, lo único que escucharás será el sonido de los pájaros.
Efectivamente no tienen televisión, pero es una de las virtudes de estos alojamientos.
Poder salir a desayunar a la terraza con el fresquito de la mañana, es otro de sus encantos.
Se pueden hacer varias rutas de senderismo desde el mismo centro, allí nos dieron una información muy completa.
También podrás disfrutar de las piscinas naturales que hay en los pueblos cercanos, no se tarda más de 10-15 minutos en coche.
Y en el mismo alojamiento te dan una cestita para que puedas desayunar en tu casita, con zumo, leche, café, mermeladas y pan. En la casa dispones de tostador, cafetera, neverita, microondas y un fregadero. A nosotros no nos hizo falta más.
La casa muy limpita y cuidada.
También hay bichos, si, pero hay que tener claro que estamos en medio del campo. Nosotros no tuvimos ningún problema porque teniamos cuidado al dejar abierto.
Sólo me queda comentar las cenas en el restaurante, en un fin de semana, cenamos allí los dos días. Un menú de 10 y con una materia prima expléndida por un precio muy muy asequible.
Marta y Nacho que son los encargados de llevar este alojamiento son encantadores, están para ayudar en todo lo que pueden y llevan una gestión magnífica de todo el centro.
Efectivamente no tienen televisión, pero es una de las virtudes de estos alojamientos.
Poder salir a desayunar a la terraza con el fresquito de la mañana, es otro de sus encantos.
Se pueden hacer varias rutas de senderismo desde el mismo centro, allí nos dieron una información muy completa.
También podrás disfrutar de las piscinas naturales que hay en los pueblos cercanos, no se tarda más de 10-15 minutos en coche.
Y en el mismo alojamiento te dan una cestita para que puedas desayunar en tu casita, con zumo, leche, café, mermeladas y pan. En la casa dispones de tostador, cafetera, neverita, microondas y un fregadero. A nosotros no nos hizo falta más.
La casa muy limpita y cuidada.
También hay bichos, si, pero hay que tener claro que estamos en medio del campo. Nosotros no tuvimos ningún problema porque teniamos cuidado al dejar abierto.
Sólo me queda comentar las cenas en el restaurante, en un fin de semana, cenamos allí los dos días. Un menú de 10 y con una materia prima expléndida por un precio muy muy asequible.
Marta y Nacho que son los encargados de llevar este alojamiento son encantadores, están para ayudar en todo lo que pueden y llevan una gestión magnífica de todo el centro.