El entorno, rodeado de montañas, las vistas, y la casa en general perfecto.
Los dueños muy amables, nos ofrecieron un pudin casero, fruta, y cualquier cosa que necesitaramos.
Si quieres algo diferente, mas autentico, donde hasta una barra de pan o una botella vino a veces se convierte en un privilegio en una aldea de muy pocos pero encantadores habitantes
Los dueños muy amables, nos ofrecieron un pudin casero, fruta, y cualquier cosa que necesitaramos.
Si quieres algo diferente, mas autentico, donde hasta una barra de pan o una botella vino a veces se convierte en un privilegio en una aldea de muy pocos pero encantadores habitantes