La localización es única, muy pacífica, con el río fluyendo justo al lado de la casa proporcionando un sonido calmante. Es un lugar para alejarse del ruido de la vida diaria. Nos recibieron con amabilidad, nos obsequiaron una botella de vino a nuestra llegada y al día siguiente el dueño nos trajo unos dulces locales. Fue muy amable en todo momento. Definitivamente, volveré.