El Vallejo

Mi pareja y yo pasamos un fin de semana. Ana, la dueña, muy muy amable, atenta con cada detalle. Nos aconsejó unas rutas estupendas por la zona que son una preciosidad. El desayuno lo incluye en el precio y a la casa no le falta detalle. Muy acogedora, limpia y bien cuidada. A la gente con huerto de pueblos cercanos les compramos tomates que saben a tomates (por fin!!!), judías verdes, peras... Puebla de Valles no tiene supermercado pero a 5 min en coche está Tamajón que sí tiene. Lo que sí tiene son unos paisajes estupendos y una gente encantadora. Está a poco tiempo del pueblo está Valverde de los Arroyos, donde también por sugerencia de Ana, comimos un cabrito asado exquisito. Fui con mi pareja pero si alguien se anima a ir con más amigos, que no os frene el hecho de que las casas de El Vallejo sean de 2 o 4 personas. Están muy cerca unas de otras, de hecho el Olivo y la Barbacana tienen la entrada a 3 metros de distancia, y podéis ir un grupo. 170€ dos noches con un desayuno riquísimo, una casa de ensueño, bañera de hidromasaje, paisajes alucinantes, rutas chulas, buena comida y relax. ¿Quién se resiste a no visitarla? Nosotros volveremos. Además la dueña de el Vallejo está construyendo un restaurante que promete ser un éxito. Pudimos ver el horno de leña aunque estaba todo a medio construir aún. Que nadie se pierda esta joya!! Ah! y a 1h,20 de Madrid.

La Vereda de Puebla

Una casa muy cómoda y amplia. Las habitaciones excelentes, igual que el baño de cada una (y la ducha hidromasaje). Un salón muy amplio y una temperatura muy agradable incluso en pleno julio.
Por sugerir un par de mejoras, vendría bien una mesa más grande en la terraza (que no es demasiado amplia, pero daría para comer ahí), y un horno sería bastante útil también (aunque con el grill del microondas uno se puede apañar).
Aparte de eso, aclarar que la casa está en el pueblo y con otras casas alrededor, aunque como se encuentra en una zona elevada y casi en las afueras goza de más aislamiento.
Una estancia muy cómoda.

Los Cantos

Llevo un rato pensando como empezar a escribir mi opinión de mi experiencia en esta casa y no se por donde empezar. Si hacerlo por el pueblo, pequeño, enclavado en un paraje precioso como resguardado del mundo y con un sinfín de posibilidades; por la casa, grande, preciosa, limpia, espaciosa,... O por Aitor, el dueño, una persona atenta, educada, respetuosa y super discreta, que se ofrece para cualquier cosa que necesites, pero desde la distancia, un 10 para el. Fuimos dos matrimonios con 3 niños y todos disfurtamos de nuestro rincón preferido de la casa. Sin duda repetiremos porque hemos quedado encantados. No podíamos haber escogido otra casa mejor, para conocer el entorno.