Desde que la ciudad fuera habitada, remontándonos a muchos siglos atrás la coqueta ciudad centenaria se mira en el reflejo de sus aguas, potenciando el brillo de algunas de sus joyas de su rico patrimonio histórico.

En pleno corazón del Valle del Ebro, recoge las aguas de varios ríos españoles. Pese a ser una de las ciudades más habitadas en España, los zaragozanos han sabido cuidar este espacio natural. Gracias a ello, podrás realizar largos paseos a pie o en bici bordeando los ríos o simplemente disfrutar de este increíble entorno natural en alguna de las casas rurales en Zaragoza.

Si hay algo que nos invita a volver a esta ciudad fluvial es su clima primaveral, propio del valle del Ebro, con temperaturas cálidas durante la mayor parte del año.

El paso de distintas culturas por esta ciudad centenaria ha propiciado un importante interés patrimonial, tanto de la vida civil como religiosa. Entre los grandes templos religiosos se erige la Catedral de El Pilar en cuyo interior hay una importante colección de frescos de grandes pintores como Goya y Bayeu y la Catedral del Salvador declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en la que confluyen el estilo románico, gótico, mudejar y barroco.

En representación del estilo árabe, el Palacio de la Aljafería es otra de las grandes joyas históricas que reúne multitud de elementos arquitectónicos de esta cultura.

De camino a Zaragoza, una parada imprescindible es el Monasterio de Piedra, un lugar de descanso ubicado en medio de un paraje de gran belleza paisajística. Paseando por el Parque encontrarás la Cola de Caballo, una cascada natural que alcanza los 50 metros de altura.

No dudes en visitar esta gran ciudad y conocer alguno de los hoteles rurales, de lujo y con encanto que podrás encontrar.