Dicen de Galicia que es la comunidad del mar, donde está el fin de la tierra, en la que los relatos de brujas siguen tan vivos como hace decenas de siglos. Pues aquí, en este particular rincón de nuestro país, se encuentra Ourense, la única provincia de la comunidad que no está bañada por el agua del mar, pero sí recorrida por el río que separa España de Portugal, el Miño.

La influencia celta que la provincia tiene es evidente en muchos aspectos de la cultura. No sólo el resonar de las gaitas dota de magia a Ourense, sino que también muchos platos de la gastronomía orensana con pequeños toques de esta cultura, permanecen vivos hoy en muchas mesas.

Sus monumentos de estilo románico y gótico son los principales protagonistas de aldeas y pueblos, convirtiéndose en un reclamo rural para los viajeros que cada vez con más frecuencia demandan casas rurales en Ourense. Una opción cada vez más en auge, pero que no desplaza al interés que los turistas tienen por los hoteles de lujo. Es, precisamente este, el ejemplo de la catedral de Ourense. Su historia se remonta a comienzos del siglo XIII y es uno de los lugares emblema de la ciudad.

El clima húmedo y las constantes lluvias que protagonizan gran parte del año esta zona, se convierten en el principal aliado para que los campos de golf proliferen a lo largo y ancho de la provincia. La amplia cantidad que existe de estas instalaciones hace que los campos se adapten a las necesidades y gustos de los golfistas. Con diferentes trazados, en montaña o a pie de costa, da igual el tipo de servicio que estés buscando, seguro que en Ourense lo encuentras. Las condiciones climáticas hacen que disfrutar de las piscinas no sea muy sencillo, por lo que el spa se convierte en el mejor aliado para disfrutar de una estancia.