Tierra de vinos, tierra de historia, tierra de costumbres. Castilla Y León ha sido tradicionalmente el destino por excelencia donde el descanso se combina con centenares de actividades y lugares increíbles que visitar.

Nueve provincias, cada una de ellas con un símbolo que las identifica a nivel nacional. ¿Quién no reconoce Segovia al ver el acueducto? ¿O Salamanca al contemplar su plaza mayor, una de las más hermosas del todo el mundo? Imágenes que se nos han quedado grabadas en la retina, no sólo por la belleza sino porque son referencias clave de estas ciudades.

El medio ambiente es fundamental para el turismo en Castilla y León. Cada año millones de turistas van a ella en búsqueda de la tranquilidad que la naturaleza aporta. Entre ellos la Sierra de Atapuerca, un lugar que no sólo encantó a antiguas civilizaciones, sino que además cada año es receptor de manadas de animales. Los yacimientos arqueológicos son la referencia de que otras culturas han pasado por estas tierras. Sus construcciones en las calles y su instrumental de trabajo en los museos son la mejor muestra que puede conservarse de estas culturas.

Los colores se entremezclan para ofrecer paisajes únicos. El verde de las sierras y de las montañas junto al marrón de las tierras secas, son las responsables de producir los mejores vinos y aceites de toda la península.

Tierra de duques, de marqueses, de reyes que han convertido a Castilla y León en un destino ideal para pasear por calles donde la historia se puede contemplar. No es necesario que nadie nos cuente la importancia de un monumento, la majestuosidad de todos ellos, ya nos hace entender su importancia.

Precisamente muchos de esas construcciones han sido convertidas en hoteles que ponen a tu disposición estancias que en su interior han acogido a disparidad de personajes.