La naturaleza ha querido ofrecer a Aragón tres de los fenómenos más hermosos de nuestra geografía. El norte, Huesca, con los Pirineos; en el centro, Zaragoza, el discurrir del río Ebro y en el sur, Teruel, con el nacimiento de otro de los cauces más importantes de España, el Tajo, en la Sierra de Albarracín.

Frente a este regalo de la naturaleza, el hombre también ha querido ser protagonista. Sus tierras, fértiles y hermosas, son perfectas para que en ellas se produzca uno de los vinos más exquisitos de todo el territorio nacional.

Los castillos y torres a lo alto de las colinas, son un claro ejemplo de la inmensa defensa a la que se vio sometido el Reino de Aragón, cuando civilizaciones y culturas tenían en el punto de mira la conquista de nuestras tierras. Historia que sigue plasmada en estas construcciones, inmunes al paso del tiempo, dispuestas a volver a defender si fuera necesario.

No importa el tipo de actividad que quieras practicar ni el tipo de paisaje que quieras contemplar. Montañas y llanuras, ríos y parajes de secano. Aragón tiene la posibilidad de ofrecer todo tipo de estampas, panorámicas e imágenes al alcance de muy pocas comunidades.

Las leyendas vivas continúan protagonizando muchas fiestas, muchas reuniones de amigos. Y siempre con Aragón como protagonista. Sus pueblos y sus ciudades esconden centenares de historias mágicas, transmitidas generación tras generación y que conforman parte del encanto y la cultura de la comunidad.

Aragón no sólo regala experiencias visuales, Aragón es el lugar perfecto para conocer el verdadero placer en el paladar. Sus productos de la tierra cocinados de multitud de formas son los mejores representantes de la calidad de esta comunidad.

Referencia del arte universal, es un destino de obligada visita. Sus hoteles, muchos de ellos levantados sobre antiguas construcciones son ideales para sentir el encanto, la esencia de estos lugares con siglos de historia, preparados ahora, para recibir visitas y hacerles sentir únicos.