Madeira es el paraíso de Portugal. Así lo definen muchos de los viajeros que lo han elegido como destino de sus vacaciones de verano. Su clima, sus paisajes, su historia la convierten en el lugar perfecto donde descansar de la rutina durante unos días. Es tal la belleza que reúne esta isla que no tendrás tiempo para conocerla al completo. Sin embargo hay lugares que son imprescindibles en tu visita.

Para los amantes de la naturaleza, aquí encontrarán un sinfín de reservas protegidas. El medio ambiente es una pieza fundamental de la isla y las autoridades estatales trabajan por conservarlo tal y como es, para que los viajeros de todo el mundo puedan contemplar en primera persona su belleza y esplendor. Parques y jardines regalarán a tu vista unos recuerdos inolvidables…

Para los amantes de la fauna, Madeira es toda una reserva de especies únicas en el mundo. Y lo mismo ocurre con las aves, contando entre las familias más auténticas las de la paloma y el pinzón de Madeira.

A pesar de ser un destino turístico por excelencia, muchos lugares siguen conservando sus costumbres vivas como hace siglos. Y si eres amante de este tipo de turismo, del cercano, del rural, no podrás olvidar pasarte por los mercados típicos, que a pesar del auge de los centros comerciales, siguen viviendo y manteniendo sus clientes fijos. Creados en un principio para vender flores, en la actualidad han evolucionado hasta convertirse en mercados donde se pueden adquirir un sinfín de productos. Además, son un lugar de reunión entre los lugareños, que te enseñarán, encantados, los lugares que no deberás dejar de lado.