Y un año más, el roscón llega a nuestra mesa.

Somos muchos los que con la llegada del nuevo año hacemos el propósito de ponernos a dieta o al menos comer más sano de lo que lo venimos haciendo hasta ahora. Pero llega el 5 de enero y nos encontramos con el primer obstáculo: el roscón de reyes. ¿Cómo superar esta situación? Tic,tac,tic,tac…Sí, es difícil, asique date un último capricho y disfruta de este excelente dulce que hace aún más alegre si cabe, esta festividad.

 

Aunque los empezamos a ver en las tiendas a finales de año, su elaboración comienza semanas antes.  Los rigurosos controles de sanidad que sufren hacen que cada año sean de mejor calidad, aún así, es cierto que la OCU sigue descubriendo roscones elaborados con aceite y grasas vegetales, de menor calidad y perjudiciales para la salud cardiovascular.

A día de hoy cada vez cuesta más encontrar el roscón tradicional, de panadería, recién hecho y que conserve un sabor más auténtico. Han sido sustituidos por los congelados. Se hacen durante todo el mes de diciembre, se meten al congelador y por último, cuando se acerca la fecha, se ponen a punto en el horno. Esta dificultad de encontrar panaderías de toda la vida ha hecho que nos acostumbremos al congelado. Por eso la OCU ha hecho un listado con los más auténticos, dentro de sus posibilidades.

Puede que seas de los que prefiera pasar estos días tan especiales en un hotel donde cuiden hasta el mínimo detalle: roscón casero, una mesa bien preparada y un trato excelente… pues toma  nota de las ofertas que los alojamientos tienen para estas noches mágicas

De una forma u otra, el significado del roscón de reyes es mayor a todo esto. Supone poner fin a unas fechas en las que hemos compartido el tiempo entre familia y amigos, disfrutado de la fiesta y algunos incluso han aprovechado las vacaciones para recuperar el sueño perdido durante todo el año. Por eso, ¿qué mejor forma hay para terminar unos días de descanso y poner de nuevo en marcha la  maquinaria que hacerlo con un buen roscón de reyes?

Probablemente no se te ocurra ninguna idea mejor. Eso sí, ten cuidado con la sorpresita que se esconden su interior, ya sabes, si te la encuentras, el año que viene tendrás que ser tú el que te encargues de la compra.