Viaja a Castro de Baroña

5 Ago 2016 Lucía Andújar Sin Comentarios

Muy pocos son aquellos que realmente tienen conciencia de la existencia de Castro de Baroña, un asentamiento construido en una península, entre el siglo I a.C. y I d.C.,  en el municipio de Porto do Son, perteneciente a la provincia de A Coruña. Este yacimiento fue descubierto por primera vez en 1933 por Sebastián González-García, el primero arqueólogo en excavar por esta zona, para encontrarse con el antiguo pueblo celta, hasta que Ánxel Concheiro consolidó las excavaciones en el año 1984. Una zona turística, donde se han ido limitando poco a poco las vistas y cuyas obras de mantenimiento y rehabilitación comenzaron en el pasado 2012.

Pero no solo se debe conocer su existencia, sino exactamente todos los secretos e historia de esta visita obligada gallega. 

Historia

Este antiguo asentamiento de pescadores gallegos es el mejor conservado de todo Galicia, que data de la Edad de Hierro. Situado en el itsmo que unía al poblado con el castro, se encontró los restos de unas construcciones circulares que se encontraban protegidos por dos murallas tras un foso, que se correspondía con la primera línea defensiva.

En cuanto a las muros de mampostería de protección, fueron construidos de forma paralela, siendo rellenos por arena y piedras, y que se alargaban hasta unirse con la muralla principal del poblado. En el primer muro aun pueden observarse las existencia de dos lienzos perfectamente conservados.

Para poder acceder al interior, se realiza a través de una rampa hasta una zona dividida en cuatro áreas, siendo las dos primeras forjas.  El segundo muro separa el sector más alto del antiguo poblado, donde se encuentran las 20 construcciones circulares, antiguas casas, a las que acceder gracias a las escaleras que recorren todo el castro.

Un castro que se mantuvo de manera autosuficiente gracias a los alimentos que obtenían del mar, además de la ganadería, y que baso su vida en la metalurgía y el trabajo de la piedra y el tejido.

Equilibrios

Muchos se preguntan que son exactamente estos equilibros o «engendros», como también los han llamado, llegando a pensar que quizá sea un legado de la antigua civilización celta.

Pero la realidad es mucho menos mágica, pues son los turistas que visitan los castros quienes cogen los coidos, piedras circulares que han sido movidas por el mar, para apilarlas forman estas extrañas construcciones. Una práctica que pone en peligro la riqueza cultural de su emplazamiento y que comienza a ser denunciado por los locales, quienes no dudan en tirarlos cuando los ven.

Playa

Son muchas las playas que rodean este emplazamiento, pero entre las más destacas y cercanas se encuentra la de Arealonga. Una playa de arena dorada y un oleaje moderado, que no debe su mayor fama a esto.

Arealonga es famosa, además de por las increíbles vistas y una preciosa puesta de sol, por ser una playa nudista, donde los usuarios reivindican su uso exclusivo para practicantes del nudismo, legando a haber aparecido pintadas para advertir a los más jovenes.

A pesar de esto, la realidad es que ésta es una playa que es frecuentada tanto por familias, nudistas y practicantes del surf que se acercan buscando algunas de las mejores olas.

Acampada

En el municipio de Port do Son, en la parte norte, más concretamente en la playa de As Furnas se permite una acampada «alegal» en su zona de pinar. Un lugar donde se ha dado permiso para practicar la acampada evitando estipular una fecha límite de la misma. La policía simplemente pasa con regularidad para asegurarse de que la gente se comporta, cumpliendo las normas y manteniendo una estancia segura. Un espacio perfecto para disfrutar de unas vacaciones tranquilas junto a la preciosa playa.

Escalada

Pero no todo va a ser turismo cultural y poder disfrutar de la playa y sus frías aguas. El Castro de Baroña es uno de los lugares que cada vez es más elegido por los escaladores. Llegando a haberse creado escuelas por los alrededores para poder iniciar a los amantes de este deporte activo.

Altas paredes verticales para escalar que le dejaran en el recuerdo instantáneas espectaculares con el Castro a sus pies y el mar extendiéndose ante sus ojos.

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