Sevilla a través de Murillo

Con motivo del cuarto centenario desde el nacimiento de uno de nuestros artistas más reconocidos, Bartolomé Esteban Murillo, su ciudad natal se engalanará el próximo año 2018 recibiendo montones de exposiciones y eventos para conmemorar su obra. Tanto es así que el llamado «Año Murillo» acogerá más de 600 obras del pintor sevillano, procedentes de distintos países como Alemania, Austria, Portugal, Reino Unido, Francia o Estados Unidos.


La celebración del «Año Murillo» dará comienzo el próximo 28 de noviembre con un concierto del director y violagambista Jordi Savall, junto a Hesperión XXI y Capella Real; que tendrá lugar en el Teatro de la Maestranza. Allí, el músico interpretará un programa sinfónico inspirado en el pintor, con el que se encargará de transportar al público al mismísimo siglo XVII.
“Enseñar Sevilla a través de los ojos de Murillo” es el lema que ha adoptado esta celebración Murillo y Sevilla. En ella, se incluyen un congreso internacional, hasta 8 exposiciones, distintos conciertos y ciclos musicales, 2 itinerarios por la ciudad, actividades divulgativas, programas audiovisuales e, incluso, varios proyectos de investigación entorno a la vida y obra del artista.

Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682)

Nació en Sevilla, desde donde comenzó su formación en el taller de Juan del Castillo, en 1633. Su obra abarca la última fase del Barroco español y ahondaba, en su mayoría, temas religiosos. En 1660, erigió una prestigiosa escuela de arte que formó tendencia. Su pintura, influida por el autor flamenco Anton Van Dyck, iba siempre acorde al gusto y la devoción españolas, llegando a ser así uno de los artistas más populares de nuestro país. La influencia de Murillo se extendió hasta bien entrado el siglo XIX, principalmente en Sevilla. En la actualidad, está considerado uno de los más grandes maestros y sus cuadros se encuentran repartidos por los grandes museos del mundo. Finalmente, falleció en su ciudad natal en el año 1682.

Sevilla

Si decides pasarte a disfrutar de toda la oferta cultural que el «Año de Murillo» te ofrece, quizás te entre curiosidad por descubrir la provincia: su clima mediterráneo, su arquitectura alegre, su gente tan especial, su gastronomía maravillosa… esos pequeños detalles que inspiraron al artista sus mejores momentos de paz. Así que, como nosotros siempre pensamos en todo, vamos a hablarte de algunos de los lugares sevillanos que no puedes perderte en tu visita a la capital andaluza.

 
Carmona
Seguro que no somos los primeros que te lo sugieren, y es que Carmona es una de las ciudades con más encanto de Sevilla. Con más de 5.000 años de historia, podrás ver la huella que han ido dejando las distintas culturas que la han habitado. Es una de las ciudades más antiguas de Andalucía y cuenta con uno de sus miradores más bonitos: el Alcázar del Rey Don Pedro. Además, ha sido escenario de algunas películas como La casa de Bernarda Alba o Carmen.
Osuna
Y hablando de escenarios, los fans de Juego de Tronos no pueden dejar de visitar Osuna. El conocido pueblo sevillano fue uno de los lugares de rodaje de la multimillonaria serie de HBO durante su 5ª temporada, formando parte de Meereen. La Plaza de Toros pues, es la Fosa de Daznak: uno de los lugares de combate más sangriento de esta región de la ficción.
Santiponce
Se trata de la capital romana de la provincia. Allí, podrás encontrar las ruinas de la famosa Itálica, una de las principales urbes de la Hispania romana, lugar de nacimiento de Trajano y Adriano. En este lugar, se conservan murallas, un anfiteatro, la Casa de Neptuno, el Trianeum (templo dedicado a Trajano), y las Termas Mayores, entre otras muchas edificaciones históricas. Podrás visitar también, perteneciente a una época posterior, el Monasterio de San Isidoro del Campo.
Estepa
¿Recuerdas que, un poco más arriba, te hablamos de la maravillosa gastronomía sevillana? Estepa es la prueba. Ahora que el frío y la época navideña están tan cerca, no hay nada mejor que acercarse a este municipio a deleitar tu paladar con sus polvorones, sus mantecados y sus roscos de vino. Saldrás cargado de comida y sin querer marchar de este lugar que, además de ser de buen comer, tiene una belleza arquitectónica y unos paisajes que te encantarán.