¿Qué es lo más raro que han pedido en un hotel?
Dicen que aparte de la siesta, el deporte que más nos gusta practicar a los españoles es…quejarnos. Absolutamente a todo le ponemos una pega Si hace frío, porque hace frío. Si hace calor, porque hace calor. Nunca nos viene bien que se ponga a llover y el día que queremos que lo haga, no hay ni rastro de agua caída del cielo.
Pero podemos consolarnos pensando que no somos los únicos que lo hacemos. De hecho son muchos los hoteles nacionales e internacionales que han publicado sus libros hablando de las quejas y peticiones más comunes (y extrañas) que han tenido en sus instalaciones.
Por empezar por la que más se está produciendo en los últimos años, diremos que el Wi-Fi, es el protagonista supremo. Que si funciona, que si no lo hace, que si lo hace pero es extremadamente lento, que si a veces se corta…las quejas son infinitas. Cuando un cliente con cara de “malas pulgas” baja en pijama dirigiéndose directamente hasta el mostrador, no hay que preguntar qué problema tiene.
Y de lo común a lo raro y excéntrico. Comenzaremos por lo primero. ¿Quién pide una manada de alpacas? Pues concretamente una familia de Oriente Medio que quizá no estuviera del todo contenta con la cama que les habían otorgado…
Los huéspedes más ricos de los hoteles son quizá los que más excentricidades cometan a la hora de alojarse en un hotel. Un famoso (del cual no ha trascendido el nombre) pidió en el hotel Ritz Carlton de Cancún ver una película en la playa. Hasta aquí todo semi-normal. El asunto se complicó cuando pidió que para acceder a ella le pusieran una alfombra roja hasta el lugar dónde proyectaran el film. Y todo porque la persona en cuestión no soporta la arena en los pies…
Hay peticiones que al escucharlas hacen gracia, pero el personal del hotel no puede burlarse de ellas. Ante la pregunta “¿puede apagar el océano?”, ¿qué tipo de respuesta educada se puede ofrecer? Al parecer a un cliente del Gran Hotel Elba Estepona & Thalasso Spa de Cádiz le molestaba el ruido de las olas al dormir y solicitó al servicio que hicieran algo al respecto.
Hay algunos hombres “galanes” que no pueden pasar mucho tiempo alejados de la mujer o mujeres de su vida y por eso piden que en una planta del hotel alojen a su mujer y en otra a la amante. Un caballero en toda regla…
Para otros es tan cómoda y agradable la estancia en un hotel que solicitan en recepción la posibilidad de comprar la cama en la que han dormido. Es lo que ocurrió en el Shanghai Mansion cuando un matrimonio, tan satisfecho de su estancia pidió incluso llevarse las almohadas.
Y como hay miles de formas de pedir la mano de tu pareja, un cliente le solicitó al servicio del hotel la posibilidad de que todos se pusieran camisetas especialmente diseñadas por él para pedirle matrimonio a su pareja de una forma, cuanto cabe, original.
El mundo de los hoteles es ante todo inmenso y las aventuras que se viven en su interior incontables. ¿Tienes alguna interesante que contarnos? ¡Anímate!