Lugares con encanto en Teruel
Teruel existe, y vaya que si existe. ¿Has visitado alguna vez los lugares con encanto y las curiosidades que esconde en sus pueblecitos? Hoy comenzamos una serie de artículos donde vamos a presentarte lugares secretos, recónditos de cada una de las provincias de nuestro país. Empezamos por Teruel, pero recorreremos todas, asique esperamos vuestros comentarios y vuestras recomendaciones para saber más acerca de nuestro país y de lo que en él se oculta. Esperamos que con este post te despertemos el gusanillo de visitar la provincia y alojarte en cualquier de sus alojamientos con encanto.
Para los ávidos que buscan encontrar lugares recónditos y misteriosos, especialmente recomendable es que visiten las grutas de cristal situado en el Parque Cultural de Molinos. Fueron descubiertas en 1961 y una ruta por su interior es retroceder al pasado decenas de siglos. Están formadas por estalactitas y estalagmitas y un amplio conjunto de restos fósiles pertenecientes algunos de ellos al Pleistoceno superior. Destacar especialmente el hallazgo de una mandíbula de ser humano con más de 25.000 años de antigüedad.
Te recomendamos que en una escapada a Teruel, te alojes en el Hotel del Sitjar, en Calaceite, a 2 horas y cuarto de la capital provincial. El encanto de una casa perteneciente al siglo XVIII y todas las historias que sus habitaciones esconden, hace que quienes se alojen en él se lleguen a sentir como en su propia casa. Estancias cómodas, con ciertos vestigios de antaño conservados en el mobiliario, conviven con la modernidad más absoluta, para que los visitantes logren una estancia inolvidable.
Una curiosidad desconocida de Teruel está en Valderrobres, donde se encuentra el único observatorio de buitres del mundo. Mas de Bunyol es una empresa que comenzó su andadura en el año 1990 cuando su propietario consiguió que los buitres leonados, aves carroñeras, pudieran convertirse en fuente de atracción para los turistas. Allí se puede ver cómo devoran a sus presas, las desgarran y se las comen. Una actividad desconocida, pero no por ello, menos interesante.
Pero también hay tiempo para la gastronomía en lugares completamente diferentes a lo que estamos acostumbrados. Se trata del restaurante la Torre del Visco, un lugar que no tiene nada que ver con los que hay en las grandes ciudades. Está alejado de la rutina, aquí no hay ni rastro de las prisas y el estrés propios del día a día. Se encuentra en una pista forestal, rodeado de abundante vegetación y construido sobre una torre de 1449. Un rincón secreto donde poder disfrutar de platos elaborados a partir de los propios alimentos que se cultivan en el huerto.
Hablando precisamente de comida, si te gusta disfrutar de productos de calidad, no tienes más que viajar hasta Cretas, un pequeño pueblo de tan sólo 500 habitantes donde se elabora uno de los mejores aceites de toda España. De forma artesanal, en esta pequeña empresa se puede ver el proceso de fabricación del oro líquido, probarlo y adquirir el que mejor sabor deje en tu paladar.
Muy típica, pero imperdible es una visita a la Iglesia de San Pedro, en Teruel, donde se encuentran las figuras que retratan a los Amantes de Teruel, en las que yacen dados de la mano. Tras ellos se esconde una historia desgarradora de amor escrita en cuantiosas ocasiones por diferentes autores como Tirso de Molina o Juan Eugenio Hartzenbusch.
Los curiosos, fisgones y apasionados por la belleza desconocida, especialmente recomendable es el pequeño pueblo de Albarracín. Cuna y origen del río más largo de la península, el Tajo, esconde bajo múltiples construcciones de antaño, decenas de historias y leyendas que no nos podemos perder. Además, en más de una ocasión ha sido catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España.
¿Qué dudas tienes aún para no elegir Teruel en tus próximas vacaciones?