Los cementerios más curiosos de España

La proximidad de la Noche de los Difuntos, hace que muchos de nosotros vayamos preparando una escapada para este largo fin de semana. Esta festividad en la que se hace honor a los que ya no están nos permite además poder tomar un respiro y descansar.
Para agradecer este puente a los difuntos, que mejor que hacer un pequeño homenaje a los lugares donde descansan y conocer algunos de los cementerios más curiosos de España.

Cementerio de San José, Cádiz

Construido en el año 1.800, este cementerio es uno de los más conocidos por sus historias paranormales españolas. El ex vigilante del recinto narra algunas historias aterradoras como la que vivió cuando un día, mientras descansaba y se disponía a ver el televisor en su garita, noto un fuerte golpe en la espalda que lo derribó, al girarse vio que no había nadie y de repente todos los objetos comenzaron a volar. En otra ocasión, mientras hacia la ronda de vigilancia vio como un joven le llamaba desde uno de los pasillos, al acercarse no encontró a nadie allí y solo pudo ver una fotografía en un nicho que resulto ser la del joven que le llamaba desde el fin del pasillo.

Con el objetivo de construir un parque urbano, el cementerio fue clausurado hace unos años.
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Cementerio de San Amaro, A Coruña

La prohibición de enterrar a la gente en los templos llevó a construir los primeros cementerios contemporáneos, como el de San Amaro. En este de carácter marino, se encuentran algunas de las figuras más importantes de la cultura gallega, como Eduardo Pondal, autor de la letra del himno regional. El elemento que más destaca de este cementerio es la columna que recuerda a las víctimas de la huelga general de 1901, la primera en toda Galicia.
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Cementerio de Comillas, Cantabria

Dejando atrás los efectos paranormales, os presentamos uno de los cementerios más bonitos en cuanto a arquitectura se refiere, combinando el romanticismo clásico y el gótico. Situado en lo alto de una colina, orientado hacia el mar Cantábrico. Muestra una serie de panteones neoclásicos y góticos con estupendas esculturas de ángeles y figuras religiosas que parecen cobrar vida. Una de las imágenes que representan al campo santo es el monumental “Ángel Guardián” de mármol situado en la antigua iglesia y que fue esculpido por Luis Doménech i Montaner.
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Cementerio de Poio, Pontevedra

Ubicado también al norte de España, esta necrópolis tiene la peculiaridad de que los nichos están precedidos de un pequeño portal que les da acceso. Una edificación que pretende hacer de urbanización para los difuntos. Este cementerio, es un atractivo para las personas que amen el arte y, en especial, el tanatoturismo.
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Camposanto de Poblenou, Barcelona

Conocido también como el Cementerio Viejo o General de Barcelona, es uno de los cementerios góticos por excelencia de España. Se inauguró en 1775 y está situado junto al mar. En 1808 fue destruido por las tropa napoleónicas, y en 1813 Antonio Ginesi, arquitecto italiano, lo levantó de nuevo con un sobrio estilo neoclásico que pretendía eliminar elitismos sociales y con elementos de inspiración egipcia.  Se encuentra rodeado de chimeneas de ladrillo y algunos rascacielos como la torre de Agbar.
Es uno de los cementerios civiles más antiguos de la Península, cuenta con estupendas esculturas basadas en el arte mortuorio como el ángel con trompeta que esta en la entrada principal o la escultura del beso de la muerte que representa un esqueleto con alas que despide al difunto que esta bajo sus pies.
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Cementerio del Fin del Mundo de Finisterre, A Coruña

Desde que se inauguró en el año 2000, ideado por César Portela, ha recibido varios premios de arquitectura. Son 14 cubos compuestos por 12 nichos cada uno pero para nuestra sorpresa no hay ni un solo muerto y todo tiene un por qué. Los vecinos se niegan a darles uso y el principal motivo se debe a que los restos quedarían mirando al mar, lo que según la tradición supone un mal fario.

Cementerio de Monturque: San Rafael, Córdoba

Este cementerio es el único de España con una zona arqueológica declarada Bien de Interés Cultural. Fue en 1885 cuando se construyó y descubrieron en su subsuelo unas cisternas romanas que sirvieron para la recogida de agua de lluvia y que llevaban ocultas más de mil años. Esta obra de ingeniería, considerada como la joya del municipio, está abierta al público y se puede visitar.
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Algo más lejos de España, concretamente en Filipinas hemos encontrado un campo santo muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. En los acantilados de Sagada, en plena naturaleza, entre montañas y vegetación los nichos de los difuntos cuelgan de las rocas sujetados por barras de metal, cuenta la tradición que este tipo de enterramiento se debe a que así los difuntos estaban más cerca del cielo. Verdadera o no, esta costumbre es un atractivo turístico para la zona.