Ruta de "La Huella de Santa Teresa" en Ávila

En muchas ocasiones conocemos una provincia, ciudad o comarca por sus gentes. Este es el caso de Ávila y muchas de las ciudades por las que pasó la mística Santa Teresa de Jesús. La Santa tiene un gran carisma y son muchos los devotos que siguen sus pasos. El 28 de marzo de 2015 se cumplirán 500 años de su nacimiento y es por ello que se ha creado la “Huella de Santa Teresa”.

Se trata de una serie de rutas de peregrinación con las que se puede conseguir la credencial del peregrino. Visitando un mínimo de cuatro de las ciudades participantes y siendo al menos dos de ellas de comunidades autónomas diferentes, en Ávila, recibiremos la acreditación de peregrino de estas rutas.
Las ciudades que participan en este centenario son: Ávila, Medina del Campo. Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. Estas rutas nos ofrecen una oportunidad única para conocer la cultura, el patrimonio y la gastronomía de estas ciudades.

Un buen punto de partida puede ser Ávila, donde nació. Podemos comenzar la visita de esta ciudad desde las afueras, en los Cuatro Postes. Desde aquí se contempla una bonita vista de la ciudad amurallada. Aquí encontramos el humilladero de Francisco de Arellano, construido en 1566. Este fue el lugar al que llego Santa Teresa con su hermano Rodrigo cuando tenían 10 años dispuestos a ser mártires. Para ello debían llegar a tierra de moros y ser sometidos por estos para ganar el cielo. Pero sólo pudieron llegar a este punto de las afueras de Ávila.

En esta ciudad se respira e paso de La Santa en cada esquina. Es muy recomendable visitar el Centro de Interpretación de la Mística, para entender este fenómeno espiritual. El convento de Santa Teresa, su antigua casa natal, la Iglesia de San Juan, donde fue bautizada, el Convento de Nuestra Señora de Gracia, donde entró a formarse o el primer Carmelo Descalzo que fundó bajo el ideal místico; son otros de los puntos de interés a visitar.
El peregrino no se puede ir de esta ciudad sin degustar su gastronomía. Tienen gran importancia las carnes, como el chuletón de Ávila y los platos de puchero, como los potajes y las patatas revolconas. Como postre, no se puede dejar de probar el dulce de todas las infantas, las yemas de Santa Teresa, elaboradas con yemas de huevo, azúcar y un toque de canela. Son definidas por muchos como un trozo de cielo.
Pese a que esta fue su ciudad natal y en la que vivió su infancia y tuvo sus primeras experiencias místicas, La Santa terminó poniendo tierra de por medio con el pretesto de fundar nuevos conventos. Según la Historia en los Cuatro Postes, donde llegó con su hermano cuando huían a tierras moriscas, se quitó las sandalias y las sacudió  maldiciendo «De Ávila no quiero ni el polvo».
Después de este desplante Santa Teresa recorrió otras muchas ciudades, pero esa es otra historia…