La Cueva de los Enebralejos

7 Ago 2014 Jennifer García Sin Comentarios

Desde Segovia, por la N-110 en dirección a Torrecaballeros y de ahí directamente hasta Prádena. A la altura del kilómetro 133 debe tomarse a la izquierda el segundo desvío de entrada a la población. Un camino de tierra conduce hasta la cueva de Los Enebralejos.

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Desde fuera, en el camino que va desde Prádena hasta la cueva, no se hace sencillo adivinar que debajo del edificio que hace las veces de entrada a la cueva de Los Enebralejos exista tal laberinto de pasadizos y galerías naturales, utilizados por el hombre primitivo con diversos fines, casi siempre rituales y religiosos. Antes de descender las escaleras que conducen a la cueva propiamente dicha, no está de más documentarse, a modo de aperitivo, sobre las características de este inquietante espacio. Así, gracias a los paneles informativos expuestos en el centro de acogida e interpretación, a modo de aula arqueológica, sabremos que nos encontramos en el extremo oriental segoviano de la sierra de Guadarrama; que en los años 30 fueron descubiertos los 3.600 metros de galerías, en tres niveles de profundidad diferentes, que forman el conjunto de la cueva. Todavía deberían pasar treinta años más, en torno a 1960, para que los arqueológicos empezaran a trabajar en Los Enebralejos.

La temperatura en el interior es de 16 grados durante todo el año, con independencia de la estación. Naturalmente, la humedad es variable y depende del caudal de agua que lleve el río subterráneo que recorre la cueva. Cuando llega el deshielo, las aguas se vierten en el área de Sepúlveda, en los aledaños de las Hoces del Duratón. Se sabe que probablemente fue ocupada por el hombre en los tiempos de la transición entre la Edad de Piedra y la Edad del Bronce.

La cueva de Los Enebralejos es una formación de origen Kárstico, fruto de la erosión del agua sobre la piedra caliza. La visita completa a la cueva dura tres cuartos de hora, cuarenta y cinco minutos en los que se recorren unos 600 metros de la cueva, situados en el nivel intermedio de la misma. El paso del tiempo y la gente han bautizado todos los rincones de la cueva, de manera que cada una de las galerías, cada una de las formaciones que aparecen en cada recodo del camino lleva un nombre revelador. El silencio y la respetuosa iluminación de la cueva contribuye a que el visitante pueda dejar volar la imaginación con facilidad. Lo que se ve en Los Enebralejos es lo mismo que veían hace miles de años los seres humanos que utilizaban este lugar como enterramiento para sus seres queridos: se han descubierto más de 100 tumbas en la cueva, donde también han aparecido numerosos objetos de la vida cotidiana de aquellos hombres primitivos: vestigios de piezas cerámicas, puntas de flecha, utensilios domésticos, punzones y un largo etcétera. Llama también la atención en Los Enebralejos el conjunto de signos y trazos marcados en las paredes de algunas galerías: rayas en zigzag, semicírculos, líneas,… Aquel hombre quería decir algo, pero el hombre de hoy todavía tendrá que estudiar mucho para descubrir el significado; quizá era un tributo mágico a las divinidades.

De interés para el visitante es, el Castillo de Castilnovo. Para llegar a este singular castillo, declarado monumento histórico-artístico, en una más que recomendable extensión de la ruta, hay que recorrer la estrecha carretera que hasta él llega, pasando por Castroserna de Arriba y Castroserna de Abajo. A los ojos del viajero, el castillo de Castilnovo tiene más bien el aspecto de un palacio que de una fortaleza militar con fines defensivos. Se dice que fue Abderramán el responsable de su construcción, tras lo cual los avatares del castillo, del siglo XV en su actual concepción, fueron muchos, como muchas fueron sus remodelaciones.

Castilnovo fue morada de los Reyes de Aragón. Este castillo es uno de los más antiguos, desconocidos y mejor conservados de la provincia de Segovia, fue la casa de Enrique IV antes de que fuera adquirido por los Reyes Católicos. Castilnovo es un conjunto arquitectónico gótico-mudejar, con un magnífico acondicionamiento, en cuyo interior hay que destacar el patio de armas y el salón e la planta baja. Sede actual de la Asociación Cultural Hispano-Mexicana, Castilnovo alberga tres museos (de coleccionismo, de Artesanía y el Romántico), y puede alquilarse para congresos, seminarios, acampadas y cacerías.

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