La Caldera de Taburiente, en La Palma, un lugar por descubrir

9 Ene 2015 Jennifer García Sin Comentarios

Tres grados de máxima en Zamora, cuatro en Valladolid y Lleida, cinco en Salamanca, siete en Toledo y ocho en Cáceres. Bueno, al menos en el mapa del tiempo pone que estará soleado. No sé a vosotros, pero a mí me sienta peor ver por la ventana un sol resplandeciente y luego salir a la calle y prácticamente congelarme. Así se presenta el tiempo en gran parte de España. Bueno, en toda no, en Canarias, como siempre, se empañan en convertirse en la comunidad más “odiada” por sus envidiables temperaturas. Precisamente de una isla en concreto y de un Parque específico de allí vamos a hablar hoy. Nuestro protagonista es el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, situado en La Palma. Si vas a escaparte unos días, puedes alojarte en las casas rurales de la zona.

Naturaleza

¿Pero qué es lo que tiene para que lo hayamos elegido? Varias cosas. En primer lugar su vegetación. Como suele pasar en lugares como estos, muchas de las plantas y árboles que crecen son de origen autóctono. Es el caso del pino canario y el amagante, dos especies que solo son capaces de vivir en entornos y condiciones como los que se dan en La Palma. Asique si eres de las personas que sufren auténtico odio a los pinos, mejor elige otro destino para tus vacaciones porque aquí lo pasarás mal.

Otro punto interesante está en las diferentes formas geológicas que se encuentran en su interior. Es el caso de los riachuelos y las cascadas resultantes de los desniveles del terreno. Algunas incluso llegan a alcanzar los 150 metros de altitud, todo un espectáculo para los sentidos. Asique si eres amante de la fotografía, has de saber que aquí el lugar perfecto para “ponerte las botas”, literalmente hablando, retratando algunos de los paisajes más hermosos de la isla. Aquí tienes algunos ejemplos…

 

Acampar

Pero como hay gente “pa tó”, y puede que tú estés entre ellos (tengo que confesarlo, a mí también me atrae la idea), el parque nos ofrece la posibilidad de acampar. Dormir entre los sonidos de la naturaleza, oyendo a los animales caminar a nuestro lado, escuchar el agua recorriendo el cauce del río…es un plan que se me presenta tentador. Pero ojo, hay una serie de normas que hay que respetar si queremos que esta naturaleza perdure en el tiempo. En primer lugar hay una zona delimitada en la que se puede acampar, fuera de estos límites está prohibido, por seguridad nuestra y por la del parque, debemos cumplir con estar reglas. También, por respeto al resto de acampadores y para no alterar la tranquilidad de los animales, el descanso nocturno se establece entre las once de la noche y las siete de la mañana y por supuesto está totalmente prohibido recolectar piedras, plantas o animales, así como dejar restos de basura en el entorno.

Rutas

Ya que estamos, y para que tengas la mayor información posible, también vamos a facilitarte algunas de las rutas que puedes recorrer cuando hayas aterrizado en la isla bonita.

Si vas a partir desde la zona de acampada, podrás participar en varios senderos que llevan a diferentes puntos del Parque desde los que es posible contemplar todo tipo de paisajes. Amanece por la mañana, y una vez preparado todo lo necesario para la ruta, partimos hacia la fuerte pendiente que sube hasta el Roque Huso. A medida que vayamos avanzando, veremos cómo se va cogiendo altura y al mismo tiempo van apareciendo especies animales y vegetales nuevas. Siguiendo las señalizaciones y aumentando la altitud, se llegará hasta el Roque de la Desfondada, el destino final de la ruta. Con una dificultad media y tras un recorrido de dos horas habremos alcanzado nuestra meta (ruta no recomendada para personas con vértigo).

Otra opción es la que tiene como inicio el Roque de Los Muchachos. Tiene menos duración, asique en cuestión de una hora la habréis hecho. Parte desde el aparcamiento general, cercano al Observatorio Astrofísico y desde el cual se pueden ver, en los días despejados las islas de El Hierro, La Gomera y Tenerife. Avanzando se llegará hasta las paredes occidentales de La Caldera y más adelante la Pared de Roberto para concluir el recorrido en el Mirador de los Andenes. El recorrido no desciende de los 2.000 metros de altitud, pero no se registran desniveles por encima de los 200 metros.

Esta es la recomendación de hoy para aquellos que estén en la isla o hayan pensado hacerle una visita. ¿Nos contáis vuestra experiencia?

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