Escapadas para golosos

Durante unos cuantos años, se acusó al chocolate de ser responsable de los «grandes males» del mundo: que si engordaba, que si producía acné, que si no tenía ningún valor alimenticio… Nada más lejos de la realidad: numerosos estudios demuestran sus beneficios. Cierto es que cuanto mayor sea la concentración de cacao, mejor. Pero que es un placer y que además tiene sus ventajas es innegable. A destacar: aumenta el deseo en las mujeres, aleja la depresión, ayuda al corazón, es rico en antioxidantes… Y está buenísimo.

Por eso, quizás, este delicioso manjar se ha colado entre los tratamientos de belleza más selectos y hay, de hecho, alojamientos que ofrecen programas de chocolaterapia. Pero si «bañarte» en chocolate no se te antoja apetecible, sumérgete en el mundo de este dulce tan tentador de otra forma; muchas casas rurales lo tienen en alta estima.

El Balcón de Muniellos (Cangas del Narcea, Asturias). Disfruta en plena Reserva Natural Integral de Muniellos del placer de alojarte en el rincón más goloso: el Apartamento Chocolate.

Posada Real El Molino de Losacio (Losacio, Zamora). Te permite sorprender a tu pareja con champagne y una fondue de chocolate y frutas. En esta localidad zamorana podrás contemplar la Ermita de la Virgen del Puerto (uno de los restos románicos mejor conservados), además de un amplio abanico de actividades, tanto de naturaleza, como de aventura, deportivas y culturales.

Casa Rural La Vega (San Vicente de Alcántara, Badajoz). Deja que la naturaleza te envuelva, practica alguna de las numerosas actividades disponibles: micología, tareas agropecuarias, senderismo (libre o guiado), paintball, rutas a caballo o bicicleta de montaña, tiro al plato y una no menos amplia oferta de actividades culturales. Y, cuando regreses al alojamiento, saborea una taza de chocolate caliente ante su chimenea.

Gran Hotel Rural Cela (Belmonte de Miranda, Asturias). Aunque queda poco más de un mes para Nochevieja, puedes dar la bienvenida al nuevo año con un delicioso chocolate con churros, además de una espectacular cena de fin de año, cotillón con barra libre, desayuno asturiano e, incluso, paseo a caballo.

CTR Atardeceres (Migueláñez, Segovia). Se encuentra junto a la antigua fábrica de chocolate Herranz. Aunque no tendremos la suerte de cruzarnos con Willy Wonka y disfrutar de cascadas de chocolate, este alojamiento totalmente reformado puede dejar un buen sabor de boca.

Callejón del Pozo (Gálvez, Toledo). Son muchas las actividades de naturaleza que tendrás a tu alcance: micología, recolección de plantas, senderismo, visitas a parques naturales. El tono marrón oscuro tiene tanta presencia en la habitación Chocolate que casi podrás olerlo.

Y si lo de la chocolaterapia no te disgusta del todo, El Retiro de Somao, en Pravia (Asturias) dispone de este y otros tratamientos, como aromaterapia, piedras calientes o reflexología.

¿Has conseguido resistir la tentación o a ti también se te está haciendo la boca agua?