Cinco sitios para un beso especial
24 Ago 2012
Beatriz Rodríguez
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Ya se sabe lo que dicen: “un beso no se pide: se da o se recibe”. De lo que no cabe duda es que los cinco sitios que se presentan a continuación crean el ambiente ideal para sellar la visita con uno de esos besos que se recuerdan años y años después.
- Puente de los Besos (San Petersburgo): son muchas las leyendas en torno a este puente, gracias, en parte, a su poético nombre. En él se despedían marineros, se citaban enamorados a escondidas… Parece que el auténtico origen de su nombre, allá por 1788, es menos romántico: el puente en cuestión estaba al lado de una taberna propiedad de Nikifor Vasilievich Potselúev (y ‘postselúev’ en ruso significa ‘de los besos’). Pero este detalle puede mantenerse en secreto, ¿verdad?
- Hotel de Ville (París): en 1950 el fotógrafo Robert Doisneau buscaba material para un encargo de una revista estadounidense. Una de las instantáneas fue ‘El beso del Hôtel de Ville’, en la que capturó a una pareja besándose frente al Ayuntamiento de París. Años después, se descubrió que el beso no era tan espontáneo como se pensaba, sino que se trataba de dos estudiantes de arte dramático que habían accedido a posar delante de su objetivo. ¿Y lo bien que queda decir, “Ay, mira, estamos donde la foto del beso”. El resto viene solo…
- Balcón de Julieta (Verona): algunos pasajes de la conocidísima obra de Shakespeare se localizan en el número 27 de la Vía Capello, cerca de la Piazza Erbe. Allí se encontraría la casa de Julieta. Pasando por alto el trágico final de los hijos de las familias Montesco y Capuleto, lo cierto es que en este rinconcito podemos transportarnos a los buenos momentos de los protagonistas de esta historia de amor universal.
- Empire State Building (Nueva York): unas vistas incomparables de la ciudad nunca duerme, icono de la Gran Manzana y escenario de numerosas películas (la filmografía es amplia, pero mejor descartamos ‘King Kong’, ¿no?). Un beso en este edificio puede llevar a los enamorados a error cuando reciban un calambre en los labios. No hay que alarmarse (ni decepcionarse): la electricidad estática acumulada en lo alto del rascacielos puede producir que despidan, literalmente, chispas. Este es otro detalle que puedes conservar en secreto.
- Fuente de la cueva de Covadonga (Asturias): se dice que esta cueva sirvió de refugio a Don Pelayo durante la batalla de Covadonga. Entre los visitantes se ha extendido la costumbre de beber de su fuente, confiando en la leyenda de que quien bebe de su agua conserva su amor de por vida. Puede que el cartel que avisa de que no es apta para el consumo disuada a los enamorados. Allá cada uno…
¿Con cuál te quedas? ¿Con el puente, la foto, la tragedia shakesperiana, el calambre o el rinconcito donde el amor duraría para siempre?