Castillos convertidos en hoteles con encanto
Los castillos son construcciones que siempre han estado en nuestras ciudades, en nuestros pueblos. Algunos, los menos, tienen unas fechas de entrada que permiten a los más curiosos adentrarse en su interior. Así, será posible recorrer unas estancias que se han encargado de alojar a personalidades de la realeza y la nobleza, haciéndoles pasar momentos inolvidables rodeados de lujo y elegancia. Ahora tú también puedes. Muchas de estas construcciones se han habilitado como hoteles en los que podrás alojarte y sentirte como un auténtico príncipe o princesa. Toma nota, te presentamos algunos.
Castillo Hotel Son Vida (Palma de Mallorca, Mallorca):
la torre de vigilancia sobre la que se alzan las banderas, es el mejor ejemplo de la importancia que este castillo tuvo históricamente en Palma de Mallorca. Desde ella es posible contemplar el mar y un paisaje natural plagado de vegetación verde, donde las palmeras, representación esencial del ecosistema balear, adquieren un especial protagonismo. En el interior, estancias en las que se ha intentado combinar la modernidad con toques tradicionales, logrando una decoración mixta en la que cualquier elemento vanguardista tiene cabida.
Castillo del Bosque La Zoreda (Manjoya, Asturias):
este castillo con una sola torre de vigilancia corresponde a las primeras décadas del siglo XX. No excesivamente grande, en su interior encontrarás 25 habitaciones donde se ha tratado de encontrar el punto de equilibrio entre la elegancia de antaño, con pequeños toques modernos. Quienes viajan hasta aquí no dudan en pasarse por la terraza acristalada desde la que es posible contemplar la naturaleza en estado puro de la que, tanto presume Asturias.
Hotel Castillo de Santa Catalina (Málaga, Málaga):
las velas que iluminan la fachada de este castillo te darán la bienvenida a un lugar donde el encanto no es una utopía, es una auténtica realidad. Mandado construir por Felipe IV en 1624, por sus estancias han desfilado personalidades del mundo de la cultura y la aristocracia. Pero ahora es tu turno, porque todos tenemos derecho a poder sentirnos, al menos una vez en la vida, como reyes. Las habitaciones han sido dotadas de las características propias de unos dormitorios de antaño. Mención especial requieren sus paisajes, desde donde se puede contemplar el mar en todo su esplendor.
Castillo del Buen Amor (Villanueva de Cañedo, Salamanca):
de grandes dimensiones, este castillo constituye un buen ejemplo de las raudas construcciones que se levantaban antaño, en castilla. En una tierra que siempre ha tenido que defenderse, desde las cinco torres de vigilancia era posible contemplar la llegada de los posibles enemigos. Ahora, sin guerras a la vista, esta construcción ha pasado de ser un lugar de protección, a un lugar de descanso, tranquilidad, paz. En su interior, el hotel se encarga de hacer inolvidable a los visitantes su paso por Villanueva de Cañedo. Con estancias protagonizadas por la madera y la piedra de antaño, la confortabilidad está más que asegurada.
Residencia Real del Castillo de Curiel (Curiel de Duero, Valladolid):
situado a lo alto de una colina y construido a diferentes alturas para que la vigilancia fuera la ideal en función del lugar por donde se pudiera esperar el ataque, este castillo desde hace algunos años se encarga de facilitar y regalar estancias inolvidables en Valladolid. Parejas de enamorados que quieren vivir una estancia lo más romántica posible lo eligen para sentirse como auténticos reyes, descansando en unos dormitorios por los que han pasado figuras importantísimas de la historia de nuestro país.
