Cáceres: naturaleza, gastronomía y cultura

Si hay una ciudad que puede presumir de conservar su arquitectura histórica prácticamente intacta, esa es Cáceres. Desde 1986 es Patrimonio de la Humanidad en parte, gracias al esplendor monumental que con el paso de los siglos ha ido ofreciendo a sus miles de visitantes. Hoy día es una ciudad que cuenta casi con 100.000 habitantes y que cada año es visitada por miles de turistas que buscan una alternativa a los ya tradicionales viajes de sol y playa.

Recorrer sus calles, contemplar las ruinas del primer asentamiento romano, admirarse con las construcciones  civiles y religiosas de todas las civilizaciones que encontraron en Cáceres el lugar perfecto para su permanencia…son innumerables las razones que existen para que elijas como destino de unos días de descanso, la provincia extremeña.

En Cáceres es posible recorrer la historia y las culturas gracias a la pervivencia de cientos de construcciones pertenecientes a diferentes civilizaciones. Tendrás la oportunidad de descubrir el encanto de edificios como el que acoge en su interior el aljibe hispano-árabe, una de las muestras que aún sigue en pie y que testifica la presencia almohade en la ciudad. El Palacio de las Veletas, donde se encuentra este aljibe fue remodelado en los siglos XVII y XVIII y aún guarda en su interior el agua de lluvia que se concentra en el patio renacentista, convirtiéndose en un auténtico almacén durante los meses más pluviosos.

La presencia de los romanos también fue importante en la ciudad. Probablemente el resto histórico mejor conservado y más auténtico de esta civilización sea el Arco del Cristo única puerta de la muralla que aún sigue en pie y que da acceso a la Judería Vieja.

Y ahora esta tradición también puede vivirse en lugares mágicos: palacios y conventos abandonados que han tomado ahora otra utilidad, la de ser hoteles especiales y únicos. En ellos se acoge a miles de turistas que quieren hospedarse en lugares no sólo asombrosos sino también históricos.

La multitud de elementos históricos que atestiguan la estancia de diferentes asentamientos por Cáceres hacen de la ciudad un lugar inmortal. El paso del tiempo no es excusa para ofrecer año tras año, década tras década, siglo tras siglo la excelencia de una tierra que desprende el encanto no sólo a través de sus monumentos, sino también de su naturaleza.

Son miles los turistas que han quedado impresionados por la estampa que ofrecen los cerezos en flor del Valle del Jerte. Aunque el florecimiento no tiene una fecha fija, sino que depende de las condiciones climatológicas, lo normal es que sea durante la segunda mitad de marzo y la primera semana de abril, si el tiempo ofrece las temperaturas típicas de estos meses.

Si antes hablábamos de la influencia de las civilizaciones en los monumentos y la arquitectura que presiden las calles de la ciudad, no menos es la que tuvieron sobre la gastronomía. Los árabes y sefardíes han dejado un legado incomparable con cualquier otra cocina de la península. Su tradición ganadera y pastoril ha dado como resultado platos en los que la carne, cocinada de innumerables maneras sigue conquistando en pleno siglo XXI paladares de todo el mundo.  Otra de las excelencias culinarias tradicionales de esta zona de España es sin duda el jamón, extraído de los cerdos ibéricos que pastan por los campos cacereños, como dioses en el cielo.

Tenemos todo lo que puedas ir buscando en una ciudad donde la historia es la principal protagonista. ¿A qué esperas para venir?