10 destinos con encanto para el verano

Llegan las vacaciones, la época que muchos estamos esperando para escaparnos unos días y disfrutar del sol y las buenas temperaturas. Hay quienes siempre repiten el mismo destino vacacional, ya bien sea por tradición, encanto o comodidad y, hay otros, que prefieren ir descubriendo lugares nuevos. Sea cual sea tu caso, España tiene muchos lugares mágicos que deberían ser visitados, al menos, una vez en la vida. Por ello, queremos animarte a descubrir los destinos turísticos, de playa y montaña, con mayor encanto. ¿Os los vais a perder?

 Zarautz (Guipuzcoa)

Abierta al mar, presume de playa pero también de montaña. Podrás relajarte en su extensa playa de arena fina y pasear hasta encontrarte con la belleza paisajística que ofrece la zona de dunas. Si quieres practicar surf, Zarautz es el destino ideal en cualquier época del año, pero sobre todo en septiembre, cuando se celebra un campeonato de índole mundial. Su belleza no se detiene en el litoral. El azul del mar se funde con el verde de las montañas y los caseríos y ermitas como la de San Martín de Ibaieta, terminan de pintar una estampa de ensueño. Pasear a caballo, practicar golf, realizar itinerarios por el monte y hacer parapente son algunas de las actividades que se pueden realizar.

 Castro Urdiales (Cantabria)

No sólo brilla por su esplendor paisajístico, sino por su riqueza cultural, histórica y artística. En esta “ciudad todoterreno”, podrás hacer todo lo que te propongas y más. Desde sus maravillosas playas, como la de Brazomar o el Pedregal Pocillo donde practicar buceo, hasta la gran diversidad de rutas de senderismo no sólo por las montañas, sino por las vías verdes de lo que antaño fueron vías de ferrocarril y mineras. Pero Castro Urdiales no deja de sorprender al visitante, regalando un abanico de monumentos en el casco histórico de la ciudad como la iglesia Santa María de la Asunción o el Castillo-Faro, el arte rupestre en múltiples cuevas como la del Castillo la del Cuco, e, incluso, las ruinas de un castillo de los Templarios.

 Islas Cies (Galicia)

Llegando en barco desde Vigo, Baiona o Cangas encontramos este rincón paradisíaco. El archipiélago, formado por tres islas (Monteagudo o isla Norte, Do Faro o isla do Medio y San Martiño o isla del Sur) ofrece una gran riqueza biológica y, sobre todo, un descanso absoluto en pleno Parque Natural. El silencio y la brisa del mar serán tus compañeros de viaje en un lugar donde, únicamente, te podrás alojar en un camping con restaurante y supermercado. La mejor medicina contra el estrés en un archipiélago, casi desierto.

 Llanes (Asturias)

Haz que el tiempo se pare en un edén natural, donde las playas de bandera azul como Toró, El Sablón y Palombina, y los senderos por el valle Oscuru, brillan por su excelencia. Hallarás la armonía cuerpo y alma deleitándote de la cultura del lugar y nutriéndote de múltiples actividades en contacto con la naturaleza: barranquismo, surf, bodyboard y rutas a caballo, entre otras. Conoce sus rutas y senderos aquí.

 Menorca (Islas Baleares)

Alejada del barullo y el alboroto, encontramos una de las islas más tranquilas de Baleares. Si sus playas de aguas cristalinas y arena blanca te enamoran, sus montañas para hacer senderismo, bicicleta o barranquismo te cautivarán. Y si los islotes y acantilados vírgenes que la bordean son uno de sus puntos fuertes, no te pierdas su riqueza interior. Su cultura y gastronomía mediterránea invadirán todos tus sentidos. No hay nada como un atardecer desde el paseo marítimo contemplando las barquitas desdibujadas por los últimos rayos de sol.

 Nerja (Málaga)

Turismo activo y de relajación: las dos caras de una misma moneda. Hermosas calas y playas donde practicar submarinismo, esquí acuático y piragüismo sintonizan con la belleza de sus montañas, en las que perderse en bicicleta o haciendo senderismo es toda una experiencia. Así es Nerja, una ciudad que conserva sus tradiciones manteniendo su historia palpable en enclaves como el Balcón de Europa, la Cueva de Nerja con yacimientos arqueológicos o el acueducto del Águila. Alcanza un estado de evasión absoluto contemplando el amanecer desde el mirador de Carabeo. Conoce su guía turística aquí.

Valle del Jerte (Jerte, Extremadura)

Aunque el otoño y la primavera son las épocas de mayor encanto, cuando las flores de los cerezos y el color de las hojas pintan un paisaje que roza la perfección, el verano también es tiempo de disfrute de este paraje natural. Si quieres sentirte libre y nutrirte de los innumerables dones de la naturaleza, este es tu destino ideal. Además de recorrer sus senderos y caminar por sus montañas, podrás disfrutar de largos baños en sus piscinas naturales de aguas cristalinas, formadas tras el deshielo de las cumbres.

 Vejer de la Frontera (Cádiz)

La historia se mantiene viva tras las murallas de una de las ciudades con mayor y más bonito Conjunto Histórico Artístico. El acueducto romano de Santa Lucía, el Palacio del Marqués de Tamarón, la Casa del Mayorazgo, el castillo o la iglesia del Divino Salvador, son algunos de los monumentos que puedes visitar. La belleza se palpa en cada uno de sus rincones: las extensas playas de agua azul se funden con el blanco que tiñe toda la ciudad como si de una isla griega se tratara.

 Panticosa (Huesca)

A los pies de los Pirineos, se encuentra “nuestro pequeño Aspen”, un paraíso para el turismo de montaña. No sólo tiene su mayor acogida en invierno (por su estación de esquí), sino que en verano es especialmente atractivo para realizar senderismo, barranquismo y escalada. Una adrenalina fomentada por alcanzar picos y cumbres como los Infiernos, Argualas, Peña Blanca o Peña Telera, desde donde las vistas no se pueden contar con palabras. También hay sitio para la pesca y uno de sus mayores atractivos es el balneario, conocido y usado desde la época romana. Descubre las excursiones guiadas para este verano aquí.

 Tossa del Mar (Girona)

No hace falta cerrar los ojos e imaginarte el olor a mar, el silencio acompañado de la brisa, respirar el aire de los pinares y evadirte a un edén que, además conserva con mimo un gran tesoro histórico. Abre los ojos porque todo lo que te regala esta ciudad es real. Da un paso en el tiempo y conoce Tossa del Mar en su época prehistórica, romana y medieval. Piérdete por sus callejuelas hasta llegar al faro de Tossa y contempla la ciudad de noche, si cabe aún, más bella y mágica que de día.