Albert ha sido muy atento en todo momento. Aún sin llegar a vernos, ha estado ahí para resolver todas nuestras dudas y hacernos sugerencias. La casa es una maravilla, muy acogedora, limpia y ordenada. Únicamente echamos en falta tener red wifi, pero es algo que ya sabíamos antes de ir. El entorno invitaba a pasar horas fuera de casa, y eso hicimos. Nos encantó el gorg de l'olla.