He pasado cinco días maravillosos en "La Morada del Molinero". Un sitio precioso, cuidadísimo, con todo lo necesario para una pareja. La estufa de leña con pequeño horno donde me hacía las tostadas cada mañana, genial. El sonido del agua y del viento entre las hojas, las comidas en el jardía, la barbacoas, la perfecta intimidad pero con la amabilísima atención de los propietarios... no se puede pedir más.
Laura
Laura