Es un lugar lleno de encanto, perfecto para escapadas románticas. Tranquilidad, naturaleza y vistas hermosas. El desayuno es increíblemente delicioso y abundante, con la atención personal de los dueños que se preocupan por cada detalle. Lo recomiendo al 100%.
Los dueños son encantadores y el lugar es mágico, ideal para alejarse del ruido y la prisa. De hecho, ya tenemos planeado regresar pronto. Su ubicación inigualable ofrece vistas impresionantes, un verdadero paraíso donde puedes olvidarte de todo.
Teniendo en cuenta que llegamos a las 9 de la noche y sin reserva el recibimiento fue de lo más cálido.
Una buena habitación y una suculenta cena a 1600 metros de altura, mejor aire y mejor agua imposibles.
Para repetir.