Una casa preciosa pero que pierde todo su encanto por la sequedad de la dueña desde el recibimiento hasta la despedida y la gran suciedad de la casa.
Teníamos un paquete contratado que incluía el desayuno y cuando preguntamos por la franja horaria del desayuno la dueña nos contesta: tiene que ser a las 9.00 h porque luego me tengo que ir y no se si vendrá mi hija. Nos quedamos sin desayunar ambos días.
En ningún momento nos dió información de pueblos que visitar, lugares de interés, rutas para caminar... Lo siguiente que nos dijo fue: adiós. Ni siquiera preguntó qué tal la estancia en el pueblo.
Tampoco disponía de ningún tipo de folleto informativo, tan sólo información sobre clases de reiki.
Los habitantes del pueblo encantadores y muy hospitalarios, en especial el club social y la familia que lo gerenta.
Tengo fotos que acreditan la gran suciedad de la habitación.
No lo recomendaría: se ha hecho una reforma sin el cuidado necesario para hacer la casa realmente acogedora: las puertas tienen unas ranuras que restan toda privacidad y el baño de nuestra habitación (lo visual aparte) olía a que la fontanería no estaba bien hecha. El desayuno es correcto y el trato también, aunque poco más que eso. Lo más molesto de todo es la falta general de limpieza.
Teníamos un paquete contratado que incluía el desayuno y cuando preguntamos por la franja horaria del desayuno la dueña nos contesta: tiene que ser a las 9.00 h porque luego me tengo que ir y no se si vendrá mi hija. Nos quedamos sin desayunar ambos días.
En ningún momento nos dió información de pueblos que visitar, lugares de interés, rutas para caminar... Lo siguiente que nos dijo fue: adiós. Ni siquiera preguntó qué tal la estancia en el pueblo.
Tampoco disponía de ningún tipo de folleto informativo, tan sólo información sobre clases de reiki.
Los habitantes del pueblo encantadores y muy hospitalarios, en especial el club social y la familia que lo gerenta.
Tengo fotos que acreditan la gran suciedad de la habitación.